ACTIVIDAD 16 Prácticas del lenguaje: Cuento realista


ACTIVIDAD Nº 16
Un nuevo cuento
  1. Leé con atención:
Pollito

La Shinki de Yato - 2 - Wattpad

   Pobre pollito, debés tener un frío… Vení, metete en la caja. ¡Así, muy bien! Parece que entendieras, ¿eh? Te pongo la tapa. Listo. Qué lío que armaste ayer, pollito, ¿eh?

   Mi hermano todavía duerme, así que mientras tanto podemos charlar, conocernos… porque esta va a ser tu casa, ¿sabés? Viniste por su cumpleaños: ayer cumplió dieciséis.

   Mi hermano “el dark”, como le dicen mis amigos, aunque es el único que tengo. Lo que pasa es que mi hermano ES dark, que quiere decir “oscuro” en inglés. Podrías pensar que es dark porque se viste todo de negro. Pero cuando te habla te das cuenta de que mi hermano es dark por adentro, también. Porque hablar es algo que hacemos los humanos para mostrar lo que tenemos adentro, pollito. Como yo ahora. Y cuando él te habla, te habla en oscuro. ¡En serio! Si yo me enojo, por ejemplo, me dice: “No te tomes la vida tan en serio, Martín. De todas formas no saldrás vivo de ella”. Y yo entiendo su pesimismo. Porque a mi hermano lo conozco desde que nací. Pero a sus amigos no, a sus amigos los conocí ayer a la noche, el día de su cumpleaños.

   Mi mamá y mi papá estaban contentos porque no conocían a estos amigos nuevos de mi hermano, pero mi hermano no quería que sus amigos los conocieran a ellos… al final llegaron a un acuerdo: ellos hacían las hamburguesas, las servían y se iban abajo, a la casa. A mí sí me dejaba quedarme.

   A las diez de la noche empezaron a llegar. El primero fue uno alto y flaco, con el pelo lacio y para atrás. Vi que le regaló un vinilo, que es como un CD grande y chato. Porque los humanos, pollito, a los cumpleaños llevamos regalos. Bah, a veces, por ejemplo las que llegaron después (una con flequillo verde, una con un mechón rojo) no le regalaron nada.

   Mientras mi hermano saludaba a los invitados, yo los miraba. A uno le colgaba una cadena larga desde la oreja. Otro tenía una camisa blanca abotonada hasta arriba y un saco negro abotonado hasta abajo. Una me apretó el cachete y me dijo: “¡Qué lindo peluuuche!”. Mi hermano, que estaba cerca, se rió y me batió el pelo, me despeinó todo. Yo no dije nada, pero después miré a la chica de espaldas y vi que tenía un moño así de grande en la cintura. Me dieron ganas de decirle: “Y vos sos una muñeca: ¡peor!”. ¿O no que es peor, pollito…? ¿Vos también creés que tengo cara de peluche?

   Sin duda, los amigos de mi hermano eran raros y debo admitir que algunos hasta me daban… no sé. Miedo no, ¿eh? Es que estaban todos de negro, con tatuajes, los labios pintados, con tachas, cadenas… además algunos tenían más de dieciocho.

   -¿Estás seguro que vos te quedás?- me preguntó mi mamá mientras servía las últimas hamburguesas.
   -Obvio, mami- sonreí yo-. Todo bien.

   Dos chicos de sombrero negro tomaban, en vasos negros, bebida negra (coca, bah). Yo me estaba preguntando a mí mismo si se podría ennegrecer algo que ya es negro, cuando sonó el timbre. ¡Eras vos!

   Cuando Miajíl, el mejor amigo de mi hermano, llegó con vos, todos se amucharon para verte. Algunos se acercaban, otros no tanto. Entonces Mijaíl te sacó y empezaste a caminarle por el cuerpo.

   Mi hermano fue el primero que se animó a tocarte. Después te tocó la chica del moño, la muñequita. Ahí me imaginé que podía pasar algo, porque no hay que tocarte tanto. Lo había estudiado en la escuela.

   Entonces pasó. Escuché que alguien gritó: “¡Se tiró al piso!” y otro: “¡Ahí va! ¡Se escapa!”. Y la ronda que se había formado alrededor tuyo explotó: todos se dispersaron, pero no para agarrarte sino todo lo contrario: se iban corriendo.

   Los de pelo corto, los de pelo largo y las chicas de flequillos de colores se metieron bajo la mesa. Uno de los pelados se trepó al tanque de agua y los de sombrero negro fueron tirando el líquido negro de sus vasos negros. Se hacían los que buscaban.

   Te perdimos, pollito. Y muchos, para disimular que estaban muertos de miedo, se fueron sin decir chau, así que la fiesta se apagó un poco.

  Entonces te vi. Justo enfrente de mí, en el rincón, junto a un cantero. Te estabas construyendo una madriguera con tierra. Con Miajíl y mi hermano te levantamos con cuidado con un cartón y te metimos en el terrario donde te había traído.

   Recién te puse más tierra para que puedas hacerte otra linda madriguera. Eso también lo estudié en la escuela. Soy buen alumno, ¿sabés? Me gusta aprender los temas que me interesan, como las tarántulas o las arañas pollito y esas cosas… como vos.
María Laura Dedé
  1. Respondé:
a- ¿Con quién está conversando el narrador?
b- ¿Qué evento le cuenta?
c- ¿Qué opina el narrador sobre su hermano?
d- ¿Y sobre sus amigos?

  1. En el cuento aparecen 2 sustantivos propios, ¿cuáles son?



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